viernes, 11 de febrero de 2011

"The Baked Brownie" + The Civil Wars

Hace años que no hacía un brownie y hay que ver lo que me estaba perdiendo. A diario intento hacer bizcochos que sirvan para desayunar y que, preferiblemente lleven aunque sea 50 gramos de plátano o zanahoria para sentirme menos culpable. Así lo haces y mientras te lo comes estás pensando y diciéndole a todo el que te pregunta: si comiendo este bizcocho estoy comiendo fruta. Vamos, que con un poco más cumplo la cuota diaria de 20 piezas de fruta diaria que recomiendan los endocrinos. Esa es otra, a mí que alguien me explique esta regla, porque en verano o primavera, a base de cerezas, fresas y frambuesas, igual hasta la cumplo, pero en el triste invierno lo de comerme 10 manzanas y 10 peras se me hace un poco cuesta arriba.



Además no entiendo por qué pero yo, que como a toda velocidad, tardo unos 30 minutos en comerme una manzana cruda. No es que no me gusten, me gustan, y en postres casi más, pero crudas yo no sé si tienen algún tipo de sustancia que hace que mi mandíbula trabaje más despacio o algo así  pero, vamos, que se me hacen un mundo. Aún así, no creo que ni la gente que no tiene mi problema sea capaz de tomarse dos manzanas para desayunar, dos a media mañana, dos antes de comer y así sucesivamente. Esa es otra, la gracia de tomarse la fruta antes de comer porque si te la tomas después engorda. Pues mire señor endocrino, yo si no me como la dichosa manzana después de comer, para quedarme con un buen sabor de boca le doy a la tableta de chocolate, así que me da a mi que voy a pasar de la moda esta rara.

Por eso una para hacer un brownie necesita una excusa, porque no creo que me lo vaya a recomendar ningún cardiólogo... En este caso se trató de hacer un postre para una cena de mi madre. Que no es el típico postre refinado que se sirve después de una lubina, pues no, pero yo acababa de recibir el libro "Baked: New Frontiers in Baking" y quería probar la receta del brownie que tantos premios había ganado, que había hecho famosos a los dueños de este "coffee shop-bakery" de Brooklyn y que tanto le ha gustado a Oprah. El problema es que no contaba con que los americanos no solo miden los volúmenes en "cups", sino que las raciones normales para ellos aquí dan de comer a una familia de 4. Conclusión: hice el brownie, recorté circulos y los puse uno encima de otro a modo de torre para la cena y aún así me sobró media plancha de brownie. Pero la verdad es que duró más bien poco.




Este brownie es merecedor de todos los premios que ha recibido y más y no necesita la típica bola de helado de vainilla que acompaña a los brownies más mediocres que sirven en los restaurantes americanos.  Combina las mejores características de un brownie: la jugosidad y el intenso sabor a chocolate, con el buen saber de los autores de "Baked" que añaden algo de sal y café a la masa. La sal es fundamental y como pasa con el caramelo con sal, hace que lo dulce no sea tan dulce y te queden siempre ganas de probar más. El café es sutil, pero tabién le da un toque especial. Yo diría que es el MEJOR brownie que he probado y como Brooklyn queda un poco lejos, la opción más fácil es sacar la fuente mayor que tengáis y ponerse a hacer brownie para 50 como un buen americano. Ahora solo me queda probar la versión rubia del brownie (los blondies), aunque sinceramente, me extrañaría que llegase al nivel de la versión morena.

Para completar la dosis de cosas buenas del día os recomiendo la canción que tengo en modo repetición desde hace varios días. Además el videoclip me encanta: Poison and Wine de The Civil Wars (y no, no es Johnny Depp el que canta aunque lo parezca).








RECETA: Para un molde de 23x34cm (lo que yo decía: brownie para el cuartel)

290gr harina
1 cucharadita de sal
2 cucharadas de cacao en polvo
319gr chocolate
232gr mantequilla
1 cucharadita de café soluble
348gr azúcar
116gr azúcar moreno
5 huevos
2 cucharaditas de extracto de vainilla

La verdad es que vista así la lista de ingredientes da un poco de miedo, pero un día es un día!

1. Precalentar el horno a 180º y engrasar el molde con mantequilla.
2. En un bol mezclar la harina, la sal y el cacao en polvo.
3. Poner el chocolate, la mantequilla y el café soluble en un bol sobre un cazo con agua hirviendo y derretir la mezcla.
4. Apartar del fuego sin quitar el bol de encima del cazo y añadir los azúcares. Batir hasta que todo esté bien mezclado y levantar el bol del cazo. Apartar hasta que alcance la temperatura ambiente.
5. Añadir 3 huevos a la mezcla de chocolate y batir hasta que todo esté mezclado.
6. Añadir el resto de los huevos y el extracto de vainilla y batir hasta que tod esté mezclado, teniendo cuidado de no pasarse para evitar que el brownie quede como un bizcocho.
7. Echar la mezcla de la harina sobre la del chocolate y mezclar utilizando una espátula hasta que se vea solo un poco de la mezcla de la harina.
8. Echar la mezcla sobre el molde y cocer al horno durante 30 minutos, hasta que al insertar un cuchillo en el centro salga con alguna miga húmeda. Este paso es muy relativo, pero en mi opinión es mejor pecar a que el brownie quede poco hecho que mucho.

Envueltos en papel film a temperatura ambiente aguantan bien hasta tres días.

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