miércoles, 21 de marzo de 2012

¿Cómo se dice pardilla en francés? y las infidelidades se pagan caras




Os pongo en antecedentes: mañana de sábado con sol radiante. Salimos las dos marías de paseo (mi hermana y yo), mientras decidimos qué queremos comer. Como yo soy monotemática y acababa de recibir el libro "Ripailles" que es una oda a la comida tradicional francesa, y como todo lo francés tiene un "je ne sais quoi" que hace que un simple filete a la plancha parezca alta cocina, decidí que tocaba sacar nuestro lado más glamouroso y dejar de lado el bocadillo y el sandwich para hacer una comida decente "à la Francaise".


Como en este libro vienen unas 300 recetas y soy de la teoría de que a veces lo peor que te puede pasar es tener muchas buenas opciones, puse en marcha mi táctica típica para elegir qué hacer: le doy el libro a mi hermana para que elija con la excusa de que haré lo que diga. En realidad sé que aunque a simple vista me dé igual hacer una cosa u otra, basta que ella me sugiera algo para saber que no quiero hacer eso y  qué es lo que quiero hacer. Es como lo de tirar la moneda, no para saber qué sale, sino para ver qué piensas cuando te das cuenta de lo que sale.






Enchufado ya el modo "glamouroso", no íbamos a ir a la compra al DIA de la vuelta de la esquina que no tiene ni pan bimbo "bimbo" (debería decir pan de molde, pero esto es como los kleenex - ¿quién dice pañuelos de papel??. No señor, no. Nos dimos un paseíto al mercado más (o menos) cercano con nuestra bolsa de tela, cual embajadoras de la tendencia más "in" del momento: lo orgánico. Yo a veces me pregunto qué es orgánico. Los tomates del pueblo de tu abuela son orgánicos, pero lo mejor es que la prima de tu abuela te da una caja de tres kilos gratis, mientras que si los comprases en el mercado tendrías que pasar del bolso de Bimba y Lola que tienes fichado.


Tonterías aparte estoy de acuerdo con esto de que si quieres que un plato te salga bien, o compras buenos ingredientes o no hay tu tía. Lo que pasa es que a veces esto de los buenos ingredientes se te va un poquito de las manos. El sábado en cuestión por fin me decidí por lo que quería hacer: un solomillo de ternera con chalotas y salsa de vino. Por eso lo primero que hicimos al ir al mercado fue ir directas al puesto de la carne. Y aquí empezó a torcerse todo....





Tengo que hacer una confesión...¡Ese día fui infiel a mi carnicero! ¡Si mi madre me hubiese visto! Ella, que lleva comprando carne en el mismo puesto toda la vida: a Alfonso - un nombre que en casa se pronuncia poco menos que el de mi padre. Ella, que cuando nos independizamos vino conmigo el primer día a buscar a "mi carnicero". Ella, que le encontró y se tiró un buen rato de charleta para que nos conociera y nos diera buena carne.

Y desde entonces el hombre se acuerda de nosotras, nos trata como unas reinas y hasta me dice que me ve cuando voy a coger la ruta todos los días a las 7 de la mañana. Y voy yo y ¿cómo se lo pago? Siéndole infiel por un mísero paseo con una bolsa de tela a un mercado con carniceros que no saben que el cordero del otro día salió bueno ni se preocupan. Pero pagué las consecuencias...


Siguiendo con la historia del mercado, según llegamos decidimos dividirnos el trabajo: Elena, tú a por las chalotas y yo a por la carne. Antes de nada tengo que aclarar una cosa. Mi hermana tiene el paladar más fino del mundo: si un día cuezo la pasta con agua mineral es capaz de notarlo y hasta de decirme la marca, pero cuando va al mercado o lleva chuleta o la vacilan lo que quieren y más. La última vez que fue a por jengibre el hombre del puesto la pidió 5 euros por un trocito pequeño y ella sacó el monedero todo dispuesta hasta que el frutero se apiadó de ella y la dijo que era una broma. Lo bueno es que si está dispuesta a pagar 5 euros por un trocito de jengibre tacaña tacaña no es... 


Bueno, pues voy al de la carne mientras ella va al de la verdura y ya la oigo: Anaaaa ¿qué son chalotas? me dice el hombre que si cebollas, cebolletas o cebollas francesas? ¡Cebollas francesas! Mientras tanto yo le había pedido al carnicero dos filetes hermosos de solomillo de ternera. Estaba yo tan tranquila, pensando que qué hermosura de filetes y en cómo nos íbamos a poner cuando el hombre me suelta "¿algo más?" "no, muchas gracias, ¿cuanto es?" digo yo, a lo que, ni corto ni perezoso contesta: "14 euros" ¿queeeeee? ¿soy tonta o me lo hago? ¿Voy a pagar por dos filetes lo que me cuesta cenar en muchos sitios? Pero claro, estás allí, te las has dado de que sabías lo que pedías, el hombre te lo ha cortado, puesto en una bandejita (de plástico, que no de oro, aunque por el precio ya podía). Total que lo pagas, pero ¡nunca he tenido tanto miedo haciendo unos filetes! Te cargas unos filetes de pollo y bueno, pero te cargas unos filetes de 7.5 euros cada uno y te entra un cargo de conciencia... Y lo peor es que solo me acordé de mi carnicero cuando oí el sablazo del "nuevo". 



Moraleja: las infidelidades se pagan caras y no seas pardilla y vayas de resabidilla: ¡no compres nada sin mirar antes la etiqueta del precio! Al final por lo menos salieron muy buenos los filetes con las chalotas y la salsa. Puede ser porque ya, en plan despilfarro, eché mano de mi saquito de sal maldon para estar a la altura de los filetes del millón de euros.




Solomillo con cebollitas francesas y salsa de vino tinto



Un par de solomillos
Unas cuantas cebollitas francesas
Un dado de mantequilla
Un chorrito de vino tinto
Sal, aceite



1. Rehogar las cebollitas hasta que queden blandas. Subir el fuego para que se tuesten un poco y retirar.
2. Poner los filetes a fuego alto con poco aceite en una sartén. El tiempo es cuestión de gustos – a mí me gustan poco hechos. Retirar sobre una tabla de madera y tapar.
3. En la sartén en la que hemos hecho los filetes, echar un poco de mantequilla y un chorro de vino tinto. Reducir hasta que el alcohol se evapore.
4. Colocar las cebollitas en un plato, el solomillo encima y la salsa de vino con los jugos que haya podido soltar el filete por encima. Terminar con sal maldon al gusto.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Si en el infierno comen esto...



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...no creo que te haga ninguna visita Pedro para que me dejes pasar al cielo y tendré que portarme muy mal de ahora en adelante. ¿Renunciar al cielo por un cupcake? Hombre, tanto como renunciar al cielo....no me atrevería a decir por si acaso existe, pero casi casi... ¿y todo por un cupcake de chocolate? Yo no lo llamaría un simple cupcake, sino la combinación perfecta entre un bizcocho ligero pero con mucho sabor a chocolate y una cobertura que para no comerse con los dedos antes de ponersela a ningún cupcake hay que tener más fuerza de voluntad que un opositor en agosto.



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A buen entendedor...pocas palabras (¡y muchas fotos!)




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Por cierto, las recetas son del libro "Tea with Bea" y me da a mi que dentro de poco caerá alguna más...



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The UltimateFood Cake

martes, 6 de marzo de 2012

Jamie tarda 30 minutos...yo unas tres horitas y pico, pero ahí va "El Menú"

Jamie podrá tardar 30 minutos en hacer una comida de tres platos, postre y bebida refrescante, pero el resto de los mortales para tardar eso prepararíamos una cena a base de pizzas de casa tarradellas, helado y, los muy hábiles, una ensaladita de lechuga (de bolsa) aceite y vinagre.



Cerdoooo



Ultimamente no hago más que buscar excusas para preparar comidas/cenas "como Dios manda", es decir, primer plato, segundo plato y postre. Que vienen dos amigas del cole que viven en Londres a Madrid un fin de semana y el vuelo llega a las 10 y pico de la noche...¡cena que propongo! Y me da igual haber ido al concierto de Bebe el jueves, lo cual implica:

a) dormir poco porque, como una madruga, si estoy dando vueltas por ahí más tarde de las 11.30 de la noche ya me empiezo a estresar. Esto de ir a trabajar en ruta cuando es de noche te convierte en un engendro entre niño - por lo de la ruta y jubilado - por lo de acostarse a las 10 de la noche. El problema es que al final no puedes desarrollar tu lado de "jubilado" todo lo que quisieras y acabas sacando todo tu lado "niño" que se refleja en ir en ruta a las 7 de la mañana medio dormido, con la boca abierta, con el riesgo de desprendimiento de baba que ello conlleva y balanceándote al compás de las maniobras bruscas del conductor en las rotondas.
b) que no me da tiempo a hacer mi parte en el pacto de limpieza del hogar fraternal que tenemos, con lo cual toca relegar dichas tareas al viernes.



Solomillacooo




Yo aún así cuando hago planes pienso que puedo con todo. Vamos, que el viernes pasado ¡casi hasta me pego el farol de dormirme la siesta! Total...yo llego a las 15.30 a casa y Maiko y Claudia llegaban a las 23.30...Menos mal que triunfó la cordura y me puse manos a la obra según llegué porque aquí viene la advertencia a los/las marujos/as en potencia como yo: ¡Ojo con emocionarse con el estropajo!



cerdo



Si os toca limpiar el lavabo del baño, haced como cualquier estudiante de universidad: un pañito y ¡listo! Porque si os da por frotar como a mí, si os da hasta por quitar el tapón del desagüe y limpiar el desagüe para sacar al don limpio que lleváis dentro, corréis el riesgo de que os pase lo que a mí: que acabéis taponando el dichoso desagüe y lo que ese mismo día era un lavabo, ahora es un estanque, son las 6 de la tarde, has prometido cena copiosa y ni has ido a hacer la compra, ni sabes lo que vas a comprar (aparte del desatascador de tuberías que está claro que te has ganado)


fresaa




Gracias a Dios por los productos corrosivos, tóxicos y todo lo que ponía en la etiqueta!! ¡Me han entrado ganas de limpiar toda la casa con ello! ¡qué brillo! ¡qué limpieza! Si no fuese porque en el bote vienen unos 5 teléfonos de institutos de toxicología a los que puedes llamar en caso del mínimo percance, ¡lo usaría para todo!. Al final me daba cosa hasta meterlo en la misma bolsa del supermercado que las fresas...



Como no hay nada mejor que la presión, en un momento me decidí por "Le Menu":

1. Ensalada de endivias, verde (¿cómo si no llamas a las hojas variadas que vienen en las bolsas), queso roquefort, peras caramelizadas y nueces caramelizadas que, si no fuera por lo verde más bien sería un postre...Aquí la inspiración la saqué del blog "La Tartine Gourmande" cuya autora ha sacado un libro que ya he añadido a mi lista de "me lo pido". Hasta ahora estaba en mi lista mental, pero teniendo en cuenta que mi cumpleaños es en un mes, hay que ir dejando pistas por escrito...

2. Un solomillo de cerdo con calabaza al que tenía echado el ojo desde que me compré el libro del comidista. Por cierto, este libro tiene el mejor índice de recetas del mundo. En serio: entré en la casa del libro, vi los títulos de las distintas secciones y me lo tuve que comprar. Y hasta ahora todo lo que he hecho ha estado buenísimo y ha sido súper fácil, así que os seguiré dando la lata con el tema...

3. Una Pavlova, pero en plan bruto: de varios pisos. Este postre si hay fresas/frambuesas/moras..de temporada y tienes poco tiempo es de las mejores opciones que hay. Además a mí me resulta ligerito a pesar de la nata, el merengue...Y tranquilos: hasta que no lo montéis es de las cosas más feas que hay: el merengue se rompe, es irregular...pero lo amontonas todo, lo cubres de fruta y de repente ¡es hasta mona!




pavlova



El resultado:

La ensalada la reservo para otro día porque con tanto lío ni hice fotos. El solomillo con la calabaza me gustó mucho: es un plato fácil, está bien bueno y el marinado y los jugos de la carne hacen maravillas con la calabaza aunque hubiera algunas en la cena no del todo fans de las "zanahorias" como la llamaban por el color. La pavlova me dio unos cuantos sustos cuando me puse a montarla y tengo que confesar que la acabé antes de que llegara nadie, la metí en la nevera  (después de llevarla al cuarto más lejano de la casa para la foto), y estaba segura de que cuando volviese a por ella se habría derrumbado, pero milagrósamente aguantó y la pude sacar florida y hermosa.




receta

jueves, 1 de marzo de 2012

Querido Horno

No me puedo creer que haya hablado tantas veces y demostrado mi amor por un tal Jamie y no te haya dedicado una miserable palabra a ti... Tú, que haces que una simple mezcla de harina, huevo mantequilla y azúcar se convierta en algo que parece sacado de una pastelería fina; tú, que haces que la casa huela al séptimo cielo; tú, que marcas la hora en la cocina... Si señores, esto último no es ninguna tontería. Mi hermana y yo ya podemos tener reloj, móvil, ordenador y lo que sea, pero se va la luz,el reloj del horno se respeta, y pasamos a estar lo que comúnmente se conoce como jodidas. Andamos como perdidas por la casa, de vez en cuando nos quedamos como tontas mirando la pantalla destelleante que marca 0:00 la cabrona y nos enfrascamos en una batalla típica entre hermanas: la batalla de: "si se piensa que lo voy a arreglar yo, ¡va lista!" Hasta que, varios días después una cede y vuelve a darle sentido a la vida metiendo la hora del reloj.



Ni Amancio Ortega ni H&M ni leches, querido Horno, tú eres el verdadero democratizador de la sociedad moderna. Tú eres el único que consigues que alguien que no ha frito un huevo en su vida pueda hacer un plato digno de cualquier cocinillas. Y aquí que nadie ose compararte con la thermomix, ese invento que en el fondo es un vaso batidor tuneado y que viene acompañado de un libro de instrucciones que convierte a todos sus usuarios en lemmings que solo saben cocinar si alguien les dice que tienen añadir 2 gramos de sal pesando con la maravillosa "aplicación peso" y a continuación pulsar el botón 8.... ¡Eso no es cocinar! Ya me imagino a dos adeptos a la thermomix hablando de unas lentejas. "la cagué tío, la cagué - me lié y en lugar de darle al 7 le di al 6...".



Además se equivocaron al ponerte el género porque ¡puedes hacer dos cosas a la vez! ¡Puedes hacer un pollo o un cordero en la bandeja de arriba y unas patatas en la de abajo! Imagínate pedirle a un tío algo parecido... Además haces un pollo un día y te quedas oliendo a pollo, pero haces un bizcocho al día siguiente y el bizcocho no sabe ni huele a pollo y te quedas oliendo a bizcocho... esto si que es un misterio y no lo de los agujeros negros, pero no veo a científicos de la NASA dándole al coco con este tema....


El otro día por ejemplo: una pierna de cordero, un poco de sal, aceite, romero, pocas cosas más y tooooma cordero asado digno de cualquier abuela que se precie y todo ¡por el mismo trabajo que da una pizza de casa tarradellas! Lo que sí que hay que hacer caso es a los cuatro detallitos de la receta. A mí también me sonó raro lo de echar vinagre al cordero, pero funciona, así que ¿quién soy yo para cuestionar el método de mi madre?


Por eso hago un llamamiento generalizado: señoras y señores: ¡usen el horno! yo siempre he pensado que la lavadora era el mejor invento desde la rueda, pero entre vivir en una casa sin horno y una sin lavadora.....puede que me encontrarais dale que te pego al frotar.....Mientras tanto os dejo con el método de mi madre para un cordero fácil y sabroso (nada de salsas acuosas...arggg)


 

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Cordero Asado con Ajo, Romero y Brandy


una pierna de cordero (o más, o una paletilla...)
unos cuantos dientes de ajo
sal
romero
un buen chorrito de brandy
un chorrito pequeño de vinagre de jerez
aceite de oliva
un poco de agua



1. Precalentar el horno a 200ºC.
2. Frotar la pierna de cordero con un ajo. Ponerla sobre la bandeja del horno con el lado feo hacia abajo, metiendo ajos (aplastados, pero sin pelar) en los cortes que os haya hecho el carnicero (o dónde podáis). Desperdigar alguno más por la bandeja.
3. Sazonar bien y echar unas hojitas de romero. Rociar con un poco de aceite y un poquito de agua (no hay que pasarse).
4. Hornear a 200ºC durante unos 15 mins.
5. Pasado este tiempo, dar la vuelta, desengrasar con un chorrito de vinagre, echar un buen chorro de brandy, bajar el horno a 180ªC y dejar que se haga durante 1hr15mins.
6. Sacar del horno hermoso y dorado, con la salsa concentrada. Durante el tiempo de horno comprobar si le falta agua (esto me temo, a ojo y a gusto del consumidor).