miércoles, 29 de junio de 2011

La cura contra el calor

He llegado a la conclusión de que soy masoquista - pero bien. Trabajando de 7 de la mañana a 3 de la tarde donde Cristo perdió el zapato - o lo que perdiese, que nunca me aclaro- y teniendo un paseito desde la parada de la ruta hasta casa, estos días llego axfisiada. ¡Hasta se me quita el hambre!. Ese es uno de los pocos efectos secundarios del verano que agradezco: ya no tengo hambre cada, como mucho, dos horas. Además de no tener hambre, cuando la tienes solo te apetecen cosas fresquitas. Aún así, no sé cómo ayer me veo a las 7 de la tarde en la cocina, sudando a todo sudar, preparando una pasta al horno para el día siguiente, consciente de que al día siguiente al llegar me va a apetecer, como mucho, una ensalada. ¿Es masoquismo o es el hecho de tener un blog y no querer hacer diariamente fotos de un plato con lechuga?.






Sea como fuera todos los día me digo a mi misma: queda clausurada la temporada de horno, por lo menos por las tardes, que para horno ya tengo con salir a la calle, y no sé cómo al final veo algo en algún blog o en algún libro que me llama la atención y ¡vuelta a los sudores!. Y pensar que la gente paga por ir a las saunas cuando tienen una en casa...es algo que nunca entenderé. Por eso hoy haré unas galletas que vi ayer aquí, pero mientras tanto os dejo con unas fotitos de lo que realmente se "cuece" o más bien "no cuece" en la cocina estos días: los smoothies - me apetecen a TODAS HORAS y les puedes echar lo que quieras. Es curioso porque en invierno que solo hay manzanas y peras, comer fruta me da un poco de pereza, pero es llegar el buen tiempo y me convierto en brontosaurus  y consumo fruta a cantidades industriales. De hecho con los smoothies me pasa como con el colorete: empiezo con una cantidad razonable y cada día voy echando más y más hasta que, en el caso del smoothie he llenado el vaso de mi querido minipimer y, en el caso del colorete parezco una muñeca pepona.






Los smoothies - si es que se llaman así los vasos de fruta licuada- los hago siempre con zumo de naranja y plátano que le da un toque más consistente y suave. El resto de ingredientes dependen de lo que tenga en la nevera: hace unas semanas eran fresas, hoy han sido una pera y un paraguayo (nunca me ha quedado muy claro si se dice paraguayo o paraguaya...). Con esto, el biquini, la toalla y algún libro "chorras" y la piscina, aunque sea solo por las tardes, habrá que ir aguantando hasta que lleguen la vacaciones de verdad. En cuanto a los libros, en general soy más de libros de fantasía, ciencia ficción y si son novelas románticas me gustan las de Jane Austen, Elizabeth Gaskell y compañía, pero en verano y en la piscina no hay nada como un libro de los que no te importa mojar y que te acabas en un día, sobre todo éste, del que acaban de sacar la peli y, aunque parezca ridículo decirlo porque no creo que todos los académicos de la lengua se leerían este libro ni en la piscina, ¡es mucho mejor que la película! Lo que me gustó de la película fue la canción del final.




jueves, 23 de junio de 2011

When life gives you lemons...

...make Lemonade!!






El otro día descubrí este blog y me tiré  una hora o así viéndolo y desde entonces siempre estoy metiéndome a ver qué hay nuevo. Lo que más me gusta son los carteles que encuentran (no sé dónde) y que parece que tienen guardados en la recámara para sacarlos a relucir cuando le van al tema de la entrada. Éste me hizo mucha gracia y tienen otro de Milkshake que también he guardado, así que ya tengo excusa para hacer batido algún día.






Después del momento "la lié parda - socorrista de San Sebastián de los Reyes" del otro día, hoy he decidido tomármelo con calma y nada de fotos de bizcochos altos encima de la cama y del único vestido planchado que tenemos - probablemente porque ya no queda ninguno... El otro día le mandé un trozo de la tarta de ruibarbo a mi abuela y se quedó encantada: "es la mejor tarta que has hecho". No sé si lo dijo porque le di un trozo pequeño  en el fondo todos somos de culo veo culo quiero, y si el culo es difícil de conseguir lo queremos más, o si como la pobre está con la dieta baja en sal, pilla los dulces como si fueran agua de mayo.







Por variar un poco, pero siguiendo con los cítricos, hoy he hecho unas barras de limón super fáciles que hice para mi madre hace unos meses para una merendola que tuvo con unas amigas suyas y que fueron un éxito. Me tocó llevárselas, junto con unas galletas de chocolate y unas galletas linzer a la salida del Retiro a todo correr porque, para variar, había esperado al último minuto para hacerlo todo, pero fue llegar allí y verme con la bolsa con los dulces y todas las señoras se pusieron como locas. Parecía que no se creían que una chica de mi edad pudiese querer encerrarse voluntariamente toda la mañana en la cocina para hacer galletas y demás. ¡Qué equivocadas están! Debo ser un bicho raro, porque ando buscando excusas para hacer cosas para el prójimo y no comérmelas todas yo. Entre eso y que para mi edad tengo mi "lado marujo" muy desarrollado, acabaron todas encantadas. Tener tu "lado marujo" muy desarrollado significa que te paras a hablar con el portero, el carnicero, la señora del piso de encima, que no te importa ir a la compra y que te gusta dar de comer al personal. La verdad es que a este paso voy a coger complejo de cebador de cerdos... de hecho el año pasado éramos 3 en un despachito y me dedicaba a llevar el desayuno un día así y otro también. Uno de ellos se metía conmigo y me decía que cuando tuviera niños les iba a chantajear: niño ¡como no te tomes la tarta de chocolate, no te dejo probar las lentejas!







Volviendo al tema de las barras de limón, están buenísimas: la base es una galleta "shortbread" de estas que se derriten en la boca y el relleno es, aunque distinto, parecido al de la tarta merengada de limón en el sentido de que, aunque dulce, sigue teniendo la acidez necesaria del limón y encima queda cremosos y mmm buenísimo. Así que no tenéis excusa para no probarlo: fácil, buenísimo y como la gente parece que no está acostumbrada a los postres de limón, ¡todo el mundo se queda encantado!









Estas son las aportaciones de mi hermana, que es la que ha hecho la limonada, lo cual es todo un triunfo!!!. Se nota que la va más la moda que la cocina....








Lemon Bars

  Base "Shortbread"

 113gr mantequilla a temperatura ambiente
 25gr azúcar glas
 130gr harina
 1/8 cucharadita de sal


  Relleno de Limón

 200gr azúcar
 2 huevos grandes
 80ml zumo de limón
 5gr corteza de limón rallada
 25gr harina
 azúcar glas para espolvorear por encima


 1. Precalentar el horno a 177ºC. Engrasar un molde cuadrado de  20x20cm.
2. Para la base: batir la mantequilla y el azúcar hasta que quede esponjoso. Añadir la harina y la sal y batir hasta que adquiera consistencia de masa.
3. Colocar la masa en el fondo del molde y hornear durante 20 minutos, o hasta que esté ligeramente tostada.
4. Para el relleno: Batir el azúcar y los huevos hasta que quede una mezcla suave. Añadir el zumo y la corteza de limón y mezclar hasta que quede todo combinado. Incorporar la harina y mezclar. Verter el relleno sobre la base cocida y hornear durante 20 minutos, o hasta que el relleno quede cuajado. Retirar del horno y dejar enfriar.

Para servir: cortar en rectángulos y espolvorear azúcar glás por encima. Están mejor el mismo día en el que se hacen, pero cubiertos aguantan en la nevera uno o dos días.


domingo, 19 de junio de 2011

Bizcocho de chocolate y café




Esto de presentar "tu mejor bizcocho" es un estrés!!!! ¿Cuál es mi mejor bizcocho? Me gustan tantos...y a cada época del año le pega uno, así que elegir uno sería como elegir tu canción favorita o tu película favorita: ¿cómo voy a comparar Orgullo y Prejuicio con el Señor de los Anillos? lo que yo os diga, un estrés... Así que no sé si éste o el otro que presento son mis dos mejores bizcochos, lo que sé es que me han gustado mucho y que llevaba tiempo queriendo incorporar el café a algún postre porque me encanta. Así que ahí va mi segunda propuesta para  el Concurso Aniversario de Whole Kitchen: "Tu mejor bizcocho"



Y como hoy quiero ver qué pasa con el US Open y con Rory McIlroy, me ahorro el rollo con el que os aburro normalmente y en cuanto meta el bizcocho en el horno me pongo a escribir la receta, o más bien el link porque la base del bizcocho es la del bizcocho de vainilla que suelo hacer y que indico abajo.






Qué lío.... esto me pasa por ir con prisas: dos horas después tengo una miseria de fotos porque después de hacer la primera de la tarta en el pedestal encima de la parte de la almohada de mi cama, me apoyo en la cama para hacer otra foto y plas!! se me cae todo, manchando sábanas y demás y quedando la tarta en un estado no del todo fotografiable.....arggggg. He cortado un trozo y lo he colocado como he podido y por lo menos he podido sacar dos fotos más, pero a estas horas me NIEGO a cambiar las sábanas además de recoger la cocina, así que ¡hoy duermo con azúcar, mantequilla y lo que haga falta! argggg





La receta del bizcocho es la que usé para éste (hoy no estaba el horno para mucha floritura...). Le añadí unos buenos trozos de chocolate y una buttercream de café entre bizcochos y por encima. El buttercream consiste en ablandar 150gr de mantequilla y mezclarlo con 125-150gr de azúcar glas (a gusto del consumidor) y unas cucharadas de café. Para que quedase más intenso yo añadí café soluble a café recién hecho. Ahora a recoger el lio que he montado.... ah, se me ha olvidado decir que lo que he usado de mantel era un vestido recién planchado - tercer arggggg de la tarde....

jueves, 16 de junio de 2011

Rhubarb Meringue Pie



Antes de empezar el blog, como imagino que le pasa a todo el mundo, era una adicta de los blogs de cocina y de repostería. Me podía tirar horas y horas porque un blog me llevaba a otro y me los apuntaba en un papel para volver a encontrarlos. Así descubres palabras y hasta ingredientes de los que antes no habías oído hablar y, que la gente de tu alrededor, menos friki, sigue sin saber que existen y tan felices. El caso más claro es el del ruibarbo. Es llegar los meses del tránsito entre la primavera y el verano y no hacía más que ver el ruibarbo este en todos los blogs, sobre todo extranjeros. Entre que no lo conocía y otra cosa no, pero curiosa soy un rato, que es rosa y siento una extraña adicción por todas las frutas rojas/rosas y que es de lo más "british" que hay en el mundo de las frutas (suponiendo que es fruta, no como el tomate), el año pasado inicié "la cruzada en búsqueda del ruibarbo". No solo preguntaba en todas las fruterías que pasaba, sino que mi hermana preguntaba en todas las fruterías, mi madre preguntaba en todas las fruterías y, puede que incluso hasta mi padre lo hiciese. Con resultados diversos: desde el simple y llano: no, hasta el: señorita, creo que se confunde: el ruibarbo es un pescado. ¿¿¿Qué???





Meses después de iniciar la cruzada encontré el tesoro - más cerca de lo que creía y en un lugar de lo más obvio: en la frutería gourmet que hay al principio de Ortega y Gasset. Cuando vi las vainas rosas verdáceas en el escaparate ¡¡casi se me para el corazón!! Me acerqué para asegurarme de que no era la verdura esta que se parece, cuyo nombre no recuerdo y, efectivamente, ruibarbo, pero ¡¡a 8/10 euros el kilo!! El precio es una pasada, pero teniendo en cuenta lo que me había costado encontrarlo, me daba igual: yo no iba a salir de allí sin mis ramilletes rosas. Había marcado ya una receta de Nigella - adicta al ruibarbo - que pedía 800gr de ruibarbo, pero entre lo caro que era y que esto era un experimento, cogí dos o tres vainas y ya haría en casa mis cálculos y mis malabares con moldes y demás ingredientes...


Como me gustó mucho y me pareció un sabor super original, el otro día decidí volver a hacer la excursión y volver a pagar la sablada - esta vez estoy segura de que eran 10 euros, para poder enseñaros algo de ruibarbo y unirme a la fiebre por esta fruta, que, casualmente este año he visto menos...debe ser Murphy haciendo de las suyas.




La receta que he elegido es de Nigella ( lo sé, soy una pesada, pero justo esta semana he hecho otra receta de Nigella, pero qué le vamos a hacer, si se usa ruibarbo, habrá que recurrir a la reina de los dulces ingleses y está claro que esa es Nigella. Esta receta es de las más "laboriosas" que tiene: no es nada difícil, pero tampoco es meterlo todo en el vaso del minipimer, batir y listo. Es una especie de tarta de limón con merengue, pero en lugar de una crema de limón lleva un relleno con ruibarbo y la masa base es un "shortcrust pastry" con zumo de naranja.


El resultado es un lujo. A mi me encantan las tartas de limón, pero esta tiene un sabor especial. Yo, como paleta ignorante que no lo había probado me esperaba que el ruibarbo tuviese un sabor parecido a una fruta del bosque: fresa, frambuesa... ¡pero no! Tiene un sabor cítrico especial que solo sabe a ruibarbo. Por eso digo que la tarta se parece a las típicas de limón, pero el sabor final que se te queda es algo distinto, debido al sabor del ruibarbo. Lo que sé es que recomiendo a todo el mundo que como una vez al año no hace daño, haga la peregrinación a la frutería que lo tenga (la que yo encontré u otra, que esto no es publicidad gratis) y pruebe un ingrediente nuevo con esta receta, o con otra que se os ocurra. Ésta es la que yo he probado y os aseguro que es un éxito.

Esta vez los malabares que hice para adecuar la receta a mis dos míseros tallos de ruibarbo consistieron en volver a hacer el truco del papel de hornear mojado, sobre el que extendí la masa base para no manchar la encimera (esos trucos siempre tienen éxito) y que coloqué dentro de un molde de cake. Las cantidades de la receta son para un molde redondo de 21cm de diámetro. Por cierto, esta vez limpié el ruibarbo quitándole las fibras más secas de fuera (el año pasado como era una novata no hice ni eso), pero todavía no estoy muy segura de si lo he hecho bien... Y de verdad, aunque la receta tenga varios pasos, es facilita facilita.








Rhubarb Meringue Pie

Para la base

140gr harina
70gr mantequilla cortada en dados
el zumo de media naranja

1. Colocar la harina con la mantequilla en el congelador durante 10 mins.
2. Pasado este tiempo, pulverizar usando el accesorio del minipimer o, como dice NIgella, el "food processor" hasta que parezca arena.
3. Añadir el zumo de naranja poco a poco y seguir moviendo hasta que adquiera la textura apropiada.
4. Envolver en papel film y dejar reposar en la nevera durante 20-30mins.
5. Sacar de la nevera, estirar con el rodillo y colocar en el molde. Volver a meter en la nevera durante 20mins.
6. Hornear colocando un papel de hornear/albal sobre la masa y unos garbanzos/alubias durante unos 18 minutos e horno precalentado a 200ºC hasta que la base esté cocida, pero no tostada.




Para el relleno

800gr ruibarbo (peso bruto: sin limpiar)
el zumo de media naranja
2 huevos, separados
270gr azúcar
2 cucharadas harina
30gr mantequilla derretida
1/4 cucharadita de cremor tártaro (no lo he usado)


1. Limpiar el ruibarbo y cortarlo en trozos de 1cm. Cocer en un cazo con el zumo de naranja hasta que se ablande.
2. Separar las claras de las yemas. Primero se mezclan las yemas con 150gr de azúcar, la harina y la mantequilla derretida. Si ha quedado algo de líquido de la mezcla de ruibarbo añadir y si no, añadir zumo de naranja hasta que quede una pasta algo líquida ("vertible").
Una vez enfriada la base cocida, colocar el ruibarbo sobre la base y cubrir con la pasta de las yemas y el azúcar. Cocer en horno precalentado a 200ºC durante 20-30 mins hasta que el relleno quede cuajado.
4. Mientras tanto, batir las claras y cuando tengan consistencia, añadir 60gr de azúcar. Seguir batiendo y cuando alcancen el punto de nieve incorporar los restantes 60gr de azúcar y el cremor tártaro.
5. Colocar el merengue sobre el relleno ya cocido y cuajado. Espolvorear algo de azúcar por encima y hornear durante 15 minutos a la misma temperatura que antes, o hasta que los picos del merengue se doren.






domingo, 12 de junio de 2011

Rugelach y la reina del "minipimer"




El martes pasado tuve mi última clase de francés de la temporada y quería llevar algo para picar al final de clase. En un principio pretendía hacer macarons, ¿qué hay más francés que eso?. Pero entre que no me salen siempre bien, que no tenía mucho tiempo y que llovia (se supone que los macarons no salen bien con humedad - son peores que una niña pija mal criada) al final me decanté por los rugelach que aparecen en "Feast" de mi querida Nigella. Son facilísimos de hacer (por lo menos la versión de Nigella) y, sobre todo recientes, están que te puedes morir. Para que estuviesen recientes hice la masa el día antes y el día en cuestión, después de comer y antes de ir a clase estiré la masa, puse el relleno, lo corté, horneé y hasta les dio tiempo a templarse. Para que os hagáis una idea del poco tiempo que lleva: llego a casa a las 15.30, me tuve que hacer la comida, recoger la cocina y para las 17:30 estaba saliendo por la puerta, rugelach en mano.





Hace tiempo, cuando de eso tenía más, me gustaba hacer recetas de Pierre Hermé de estas de 5 componentes, con ingredientes raros y demás, pero el problema es que te pegas la paliza del siglo y unas veces sale bien y otras no tan bien, aunque casi nunca tan bien como en la foto...  Ahora cuando tengo tiempo me gustan las recetas elaboradas, pero para un día en medio de la semana recurro a Nigella, "la reina del minipimer" y sé que enseguida tengo algo que, no solo está buenísimo, sino que sale como en la foto. No sé si esta mujer ha hecho un curso de cómo hacer todo dulce imaginable en su querido "food processor", pero hay un montón de recetas suyas que consisten en mezclar todos los ingredientes en el suso dicho, apretar el botón y listo. Con lo cual a) no tardas nada y b) NO MANCHAS NADA. Por eso, y por su impecable acento british, soy una adicta a Nigella. De hecho ya me gustaría ser así de divina a los 50, si es que es verdad que come todo lo que dice que come...






Los rugelach de hoy se los recomiendo a todo el mundo, pero sobre todo al que, por miedo/pereza o lo que sea nunca haya hecho bollos en casa. Si los bizcochos son fáciles y con eso te atreves, como pruebes estos bollos, los Chelsea Buns y alguno más, no hay vuelta atrás: no hay nada como un bollo todavía con el calor del horno, los trozos de chocolate medio derretidos y el glaseado dulce que le echas justo cuando los sacas del horno...hmm me entra hambre solo de escribirlo. El problema es que los bollos que son hojaldrados son fáciles de hacer, pero requieren tiempos de levado y hay mucha gente a la que eso le echa para atrás, pero estos no tienen ni eso: con reposarlos 20 minutos en la bandeja del horno antes de hornearlos, la levadura ya hace de las suyas. La masa es bastante atípica porque lleva algo de queso philadelphia y nata pero el resultado es bueníiiisimo. El relleno es el que especifica la receta, pero se puede sustituir por pasas, nueces, se puede añadir canela, lo que se os ocurra. El paso que yo no me saltaría NUNCA es el glaseado de azúcar del final.









miércoles, 8 de junio de 2011

Spaguettis con tomate "como Dios manda" y el chollo del siglo




Como es evidente para cualquiera que haya visto alguna vez este blog, lo mío son los postres, pero no hay cosa que me indigne más que ir de viaje y comer pasta demasiado cocida con salsa de tomate de tetra brik - argggg. Así que cada vez que veo el anuncio ese del niño que crece comiendo "en casa de la abuela" la pasta con tomate orlando (o la marca que sea porque no me acuerdo), en lugar de pensar: uy qué bien, ya mismo me estoy bajando al supermercado, pienso: qué vida más triste y ¿qué clase de abuela tiene este chico?. Por favor Melchor, Gaspar, Baltasar , Papá Noël o el Ratencito Pérez, ¿le podéis traer a este pobre muchacho una abuela en condiciones que haga codornices, natillas y las cosas que hacen las abuelas de verdad?.






La receta de hoy no es precisamente de mi abuela que, para que nos vamos a engañar, aunque otras cosas las borda, el tomate para mi gusto lo deja un poco "aguado". De hecho últimamente mi abuela es tan lista, y mi abuelo tan joya, que ¡el que cocina es él! En Navidades andaba el hombre encantado con sus manzanas asadas y sus peras al vino, de hecho dice ¡que le salen mejor que a mi madre! (...) Vamos, que mi abuelo llega a apuntarse al maetic a sus 86 años y fijo que tiene cola: apuesto hombre de 86 años que no solo se echa colonia 4 veces al día para "no oler a viejo", sino que además cocina, prepara el desayuno a la parienta y va a la compra. Por ahora se niega a planchar, pero ya veremos que pasa cuando caigan los 87...





Vuelvo al tema de los spaguettis de hoy, que me voy  por las ramas con dos de pipas. Siempre me han gustado las salsas de tomate espesas que se adhieran a la pasta, nada de salsas aguadas de estas que forman un charquito casi transparente en el fondo del plato. Esta salsa realmente, más que una salsa de tomate es una reducción porque no lleva nada más que tomate, sal, pimienta, algo de aceite y guindilla.  Además al final ni trituro la salsa, la machaco con un tenedor y dejo que queden trozos de tomate. La guindilla y la pimienta le dan un toquecito picante que se puede ajustar al gusto y al que yo últimamente me estoy aficionando. ¿Será porque dicen que el picante crea adicción?No lo sé, pero la cosa no acaba aquí. Si con esta salsa los espaguettis estarían ya de muerte, ¿qué pasa cuando le añades un aceite de ajo y albahaca? ¿y si encima para mezclarlo todo le echas un dadito de mantequilla? Pues pasa que cualquiera puede hacer un plato de pasta que está buenísimo en poco tiempo,  pasa que no vuelves a hacer pasta con tomate al modo "normal", porque esto envicia - de hecho ahora solo de pensarlo me está apeteciendo hacerlo...


La primera vez que hice esta receta usé tomates frescos de rama, pero hay que escaldarlos, pelarlos, quitarles las semillas....un cristo...así que ahora que tengo menos tiempo me he hecho más comodona y compro latas de tomate crudo pelado y sale perfecto. Además de esta manera tienes todos los ingredientes a mano o en la despensa. Es un plato sencillo, pero de los que te ponen en un buen restaurante italiano, con una gracia especial, o por lo menos a mí me lo parece, que soy capaz de comerme el plato de la foto y quedarme tan a gusto o incluso ¡con ganas de más!













PD: El chollo del siglo en sus años mozos - igual yo le veo con buenos ojos, pero ¡ni Clark Gable tenía esas poses!




lunes, 6 de junio de 2011

"Granolas" de Chocolate con leche y Chocolate Blanco

Siempre me han hecho gracia las recetas de productos que se comercializan y que compras en cualquier supermercado. De hecho, cuanto más conocida sea la marca, mejor. Obviamente pierdes mucho más tiempo que comprándolos en el supermercado y a veces incluso salen más caros. Pero recrear clásicos, sobre todo de los inventos golosos más viciosos que hay me llama la atención. Por eso tengo pendiente hacer after eights, oreos, donuts, pims y un largo etcétera. Encima estoy convencida de que la mayoría de estas cosas llevan aditivos que las hacen adictivas y que hacen que sepan a "bollería industrial" en el buen sentido. La gracia en estos casos es que siempre tienes algo con lo que comparar lo que has hecho. Hoy toca la versión "sana" de todas estas galletas/chocolatinas, etc: las granola, que son las digestive de toda la vida con una capa de chocolate por encima.





Digo sana porque yo en cuanto echo azúcar moreno, en lugar de azúcar normal, harina integral y copos de avena, ya me olvido del chorretón de chocolate de encima y me siento super sana. De hecho a las hermanas sosas de estas galletas (sin el chocolate) ¿no las llaman digestives?  Pues ya está: son buenas para todo y encima con el chocolate están buenísimas, tienen más gracia que las de toda la vida y son más adictivas. Por cierto, la receta la encontré en este blog.





Puesta a hacerlas hice la mitad con chocolate con leche y la mitad con chocolate blanco y la verdad es que yo no me puedo decidir: me han encantado las dos y además la receta es de las fáciles fáciles, así que a sacar de la cocina el corta pastas/ vaso/ aro o cualquier objeto redondo cortante , y ¡a ponerse con ellas!. Lo más importante es no escatimar con el chocolate de encima.








Para terminar, os dejo este vídeo del pobre Bruno Mars, que se tira todo el videoclip tirando de un piano y venga a cantar para descubrir...pobrecito mío.


















viernes, 3 de junio de 2011

El día en el que el patito feo se convirtió en cisne


Visto que ando justa de tiempo y que este bizcocho me gustó mucho, lo voy a presentar al Concurso Aniversario de Whole Kitchen: "Tu mejor bizcocho", y si me da tiempo a hacer algo más hoy o mañana, lo presentaré también.



Esto de los dulces es como la vida misma: lo que importa es que el interior esté bueno, pero que la cosa entre por los ojos siempre ayuda, así que el otro día decidí poner todo guapo a mi humilde bizcocho de plátano requete socorrido que acabo haciendo todas las semanas para aprovechar plátanos MUY maduros, bien sea en forma de cake o en forma de magdalena. Últimamente, emulando a la gran Nigella, he llegado hasta a congelar plátanos a puntito de pasar a mejor vida. Lo que pasa es que de vez en cuando soy un poco tonta y en lugar de pelarlos antes de congelarlos los metí tal cual en el congelador. Al sacarlos y dejarlos descongelar no es que la piel se quite mal, que se quita de maravilla, pero lo de dentro parece un gusano de estos asquerosos que salen cuando llueve, pero en blanquecino... Como no soy escrupulosa, lo echo en la masa y me quedo tan ancha, y además el bizcocho sale igual de bueno, pero seguro que Nigella los congela pelados.





La razón de vestir de largo y añadir algún que otro complemento a un bizcocho simple, pero rico es que el otro día vi en Whole Kitchen un nuevo reto: tu mejor bizcocho. Como ya se me pasó el del bocadillo y soy un poco desastre para acordarme de fechas, he decidido aprovechar para hacer bizcochos para desayunar estos días, pero con algo más de gracia de lo habitual. Obviamente lo primero que hay que hacer para engalanar un bizcocho es escoger un vestido, así que elegí un molde de bundt cake de silicona que compré hace un año en una tienda de estas que es como las de los chinos, que utilicé un día y no he vuelto a tocar. Los moldes de silicona, a pesar de ser el furor ultimamente a mí no me acaban de convencer, pero como no está el bolsillo como para desembolsar 30 euros como mínimo en uno nuevo metálico, decidí probar con éste. Esto de los moldes es un vicio y yo intento controlarme, pero ya no me hacen ilusión los zapatos, camisetas, vestidos..(bueno sí, pero algo menos que antes), ahora me pongo como loca cuando por mi cumple me regalan un soplete, un aro o un corta pastas aunque sea de 50 céntimos, y ahora a los reyes en lugar de pedirles un bolso les pido una máquina para hacer pasta fresca, así que como para dar rienda suelta a mi furia compradora...




Elegido el vestido, pasemos a los complementos. Los complementos fueron un poco lo que se me ocurrió sobre la marcha y de hecho ni apunté cantidades, pero como el resultado final es el desayuno perfecto, así tengo excusa para hacerlo la semana que viene. Por encima, el típico glaseado de azúcar glas y una gotita de leche que queda de lujo cayéndose por los surcos del bizcocho. Lo malo es que empiezas echándolo encantada: ay qué blanquito me ha quedado, y aquello empieza a gotear y gotear hasta que te queda un señor charquito (iba a decir pequeño, pero como que no) en el plato, pero eso se rebaña y ¡listo!


Lo de las nueces es algo que voy a repetir, porque luego en el horno se tuestan un poquito y tienen el toque dulce del jarabe, hacen de contraste crujiente al bizcocho... vamos, ¡que se quite el 2.55 de chanel, que han llegado las "nueces cristalizadas"! Otro día tengo que publicar otra versión de esta idea que he hecho varias veces con el bizcocho del victoria sponge típico, al que añado nueces bañadas en caramelo. Ese también está que te puedes morir porque el caramelo se derrite en el horno y empapa parte del bizcocho, además de las nueces....¡el que no esté salivando a estas alturas no tiene sangre en las venas! De hecho acabo de encontrar una foto para que veais a lo que me refiero





Lo mejor de esto es que con un bizcocho versátil puedes hacer infinidad de combinaciones. Cuando me apetece con chocolate, echo trozos de chocolate a la masa pero seguro que con un glaseado de chocolate tipo el que llevan los donuts está buenísimo. Yo seguiré probando hasta alcanzar "mi mejor bizcocho", aunque me parece difícil elegir entre tanta cosa buena... lo único que sé es que, por ahora, éste es finalista y que no me estoy desviando del todo de la "repostería sana" porque lleva plátano...










bundt cake de plátano y nueces


  Para las nueces cristalizadas

   varios puñados de nueces
   unos 50gr de azúcar
   una o dos cucharadas de agua

La próxima vez que lo haga, lo mido, porque así es una chapuza, pero lo que hice más o menos fue: pelar unas cuantas nueces - vuelta a los trabajos forzados - y calentar el azúcar con un chorrito de agua en un cazo hasta que quedó todo disuelto. Entonces lo dejé hervir durante unos minutos, para que alcanzase consistencia de jarabe sin que se empezase a dorar. Esto lo vertí sobre las nueces troceadas en trozos grandes y lo moví todo para que todos los trozos quedasen recubiertos por el jarabe de azúcar



   Para el glaseado

    azúcar glas
    unas cucharaditas de leche

 Poner el azúcar glas en un bol y añadir la leche muy poco a poco hasta alcanzar la consistencia deseada.




   Para el bizcocho

   3 plátanos maduros
   125ml aceite
   2 huevos
   250gr harina
   100gr azúcar
   media cucharadita de bicarbonato sódico
   1 cucharadita de levadura en polvo
  

1. Precalentar el horno a 200ºC.
2. Triturar los plátanos.
3. Medir el aceite en un vaso medidor y añadir los dos huevos y batir.
4. Poner la harina, el azúcar, la levadura y el bicarbonato en un bol, añadir la mezcla del aceite y los huevos, remover y añadir los plátanos triturados. Mezclar bien.
5. Verter la mezcla en el molde. Colocar las nueces cristalizadas por encima
6. Hornear durante unos  40-45 mins, hasta que un cuchillo insertado en el centro salga limpio. Al principio prestar atención a las nueces: en cuanto estén tostadas, cubrir con un trozo de papel albal la superficie superior del bizcocho con las nueces para evitar que se quemen.
7. Sacar del horno, dejar enfriar, dar la vuelta y glasear.