lunes, 28 de mayo de 2012

Una metamorfosis completada y el verdadero truco para la operación bikini

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Me estoy dando cuenta de que ya casi he completado la metamorfosis entre niña normal y friki gourmet. La transición empieza, como siempre, con uno mismo: te empiezan a llamar más la atención los moldes o los libros de cocina que las camisetas de zara (tranquilo Amancio, te sigo siendo fiel y no creo que ni aún completando la transición al frikismo gourmet deje de hacerte visitas semanales porque lo nuestro va más allá: lo nuestro es un idilio). Lo dicho, que empiezas a entrar en zara home (ves Amancio, aunque me desvío un poco, sigue siendo tu imperio el que visito religiosamente) además de en zara, oysho, uterque y demás.... Poco a poco la gente lo va notando y los regalos de cumpleaños van variando: pasan de ser un vestido y una pulsera a un vestido y un platito mono, o una camiseta y un soplete. Entonces llega la etapa de la reorganización de armarios porque la cocina se te queda pequeña. Empiezas ocupando una balda de un armario, pero aquello es el principio del fin porque sabes que hasta que no te hagas con el armario, nunca estarás satisfecha. Yo ya uso los platos de colores que compro o me regalan como objetos de decoración: no hay superficie lisa y horizontal en casa que no tenga un cuidado montoncito de platos "que pegan". Ay Dios, según lo escribo ¡me doy cuenta de la gravedad de mi enfermedad! 

Seguimos con los síntomas: cada vez invitas a más gente a comer/cenar/merendar a casa y ya no te vale con poner el mantel cutrelux o los manteles individuales, ¡no! Ahora hasta pones un jarroncito con flores, combinas los platos (porque, al contrario de lo que haría tu madre o tu abuela tú no tienes dos dichosos platos iguales, ni de color, ni de tamaño) y ya el sumum es cuando en lugar de sacar un trozo de queso y salchichón a la mesa, te dedicas a hacer una escultura encima de una tabla de madera para que quede "muy mono". Por no hablar de las 50 fotos que haces cuando todo está preparado (y caliente) y no dejas que nadie toque nada hasta que no esté frío y tú ya hayas hecho todas tus fotos.


Yo creo que ya me he metamorfoseado completamente. Por eso ahora la gente sabe que más que un bolso de 300 pavos, me hace ilusión una gofrera del lidl de 8, o unos trozos de ruibarbo. Por eso, cuando mis padres estuvieron en Venecia, trajeron dos paquetitos de pasta, de esta que de lo mona que es, no sabes si cocinarla o si sacar al niño que llevas dentro y ponerte a hacer las manualidades horribles de macarrones que hacías para el día de la madre en el colegio. La verdad es que nunca he sabido a qué mente brillante se le ocurrió que pintar macarrones de plateado y colores similares y pegarlos a una cartulina le iba a gustar a alguien....que ya, que ya sé que la cuestión está en que el niño de turno le dedique tiempo a pensar en su madre, pero joe, ya puestos, ¡que haga algo que merezca la pena!


Descartada por tanto la idea de las manualidades ochenteras, opté por cocinarlos. En casa solo tenía un manojo de espárragos trigueros, pero después leer unas cuantas recetas italianas y de ver unos cuantos vídeos, te das cuenta de que los Francescos del mundo todo lo solucionan a base de un poco de mantequilla, vino blanco y parmesano. De hecho yo creo que seguro que hay una pasta que solo lleva esos tres ingredientes. Ojo, a mi no me gusta el vino, pero reconozco que sin el vino no es lo mismo: es lo que distingue la pasta que comes en un viaje a esquiar cuando os metéis 10 en un apartamento y la pasta que puedes comer en cualquier restaurante italiano. Ya lo decían los borrachos: "con vino todo sabe mejor".



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Yo tenía un manojo de espárragos trigueros, así que eso es lo que añadí a la santa trinidad del parmesano-vino -mantequilla. Para el que, como yo, a la hora de la comida está buscando justificaciones para merendar algo dulce, que sepáis que este plato debe llevar el 70% de la cantidad de verdura diaria recomendada: el paquete dice que para teñir la pasta de verde le han añadido espinacas, así que podríamos hasta decir que es pasta con espárragos trigueros y espinacas...y la franja rosa SEGURO que es con remolacha - SEGURO. Porque chicle boomer no creo que hayan usado.... Así que tranquilo/a, que tienes todo el derecho del mundo a comerte un trozo de bizcocho para merendar. Y si estás ya harto/a de tanto cartel de operación bikini, yo he encontrado la solución a otro de mis problemas: la falta de fuerza de voluntad en cuanto a los dulces se refiere. Cada vez que te apetezca un dulce, ponte a mirar un anuncio de esos asquerosos que hace hm todos los veranos con la modelo esa asquerosa luciendo biquinis de 4 euros de hm que hace que parezcan de la perla (a ti por mucha verdura que tomes y mucha zanahoria para ponerte morena NUNCA te van a quedar así) o si no ponte este video y:
a) disfruta de la canción y del cantante (suspiro suspiro)
b) con la rubia lo mismo que con la de hm: deja el donut y coge la fruta, que por lo menos en esta época ¡hay variedad!







Farfalle Tricolore con Espárragos Trigueros


Pasta – en este caso, farfalle
Un manojo de espárragos trigueros
Un dado de mantequilla
Un buen puñado de parmesano
Un buen chorro de vino blanco


Me parece a mi que ya es hora de que empiece a pesar las cosas cuando hago recetas saladas, pero más que una receta son indicaciones…

1.    Hervir el agua con abundante sal y cocer la pasta.
2.    Mientras tanto freir los espárragos con poco aceite, es más bien hacerlos a la plancha, primero a fuego medio y al final a fuego fuerte para que cojan más sabor.
3.    Retirar los espárragos y sazonar. Mientras tanto añadir la mantequilla a los restos de aceite de la sartén y el vino. Dejar evaporar el alcohol. Devolver los espárragos a la sartén con la salsa.
4.    Cuando la pasta esté lista, añadir, junto con el parmesano a la salsa y remover bien.






jueves, 3 de mayo de 2012

Tarta de chocolate a la inglesa

Tarta de chocolate a la inglesa


En casa de mi madre, como en todas las casas españolas, siempre ha habido dos libros de cocina: "Las 1080 recetas de Simone Ortega", archiconocido, architraducido y archi- ilustrado y otro libro mítico que tenía tapas duras y un dibujo con tonos verdes, blancos y amarillos que se titulaba "Cocina". No me acuerdo del nombre del autor/a, pero el título no dejaba mucho a la imaginación...De todas formas de pequeña no estaba yo muy puesta en estos menesteres, porque andaba convencida de que Simone era un hombre y de que un "café au lait" era realmente un "café olé"...si, me da vergüenza decirlo y la verdad es que ahora no sé qué ingrediente "flamenco" hacía que el café se convirtiese en algo digno de un "olé", pero se ve que tanto Oliver y Benji y tanto chicho terremoto me tenían un poco trastornada...


Como a mi esto de cocinar me ha gustado desde pequeña y es probable que el chocolate me gustase incluso antes de asomar la cabecita  el cabezón (pesando 4.150kg a aquello cabecita lo que es cabecita no se le podía llamar...), cuando éramos pequeñas mi hermana y yo solíamos hacer esta tarta de chocolate del libro de las tapas negras y autor desconocido. En realidad imagino que nosotras estorbaríamos y mi madre lo haría, porque oye, era de las tartas para las que ¡hasta había que batir claras a punto de nieve!.

Tarta de chocolate a la inglesa

Tanto mi hermana como yo la recordamos como un bizcocho suave con "LA COBERTURA". Cuando digo "LA COBERTURA" me refiero a que si eres, como nosotras, un/a amante de los donuts fondant, esta tarta te va a volver loco/a. Si encima la metes unos segundos en el microondas antes de tomártela para que "LA COBERTURA" se reblandezca un poquito....entonces querrás haber hecho la mitad de la receta porque aún estando solo/a en casa sabes que te va a llamar, que estés donde estés y hagas lo que hagas, vas a volver a la cocina a por un trocito más hasta que no quede nada. Y es que amigo/a, de vez en cuando hay que dejarse de dietas y de tonterías y rendirse al encanto de "la inglesa".



Por cierto, la receta de hoy va comentada porque es increíble que algo tan fácil lo hagan parecer tan peñazo. Aunque pensando bien, si haciéndolo en plan chapuzas como lo he hecho yo, si lo llego a hacer como dice el autor anónimo....






Tarta de chocolate “a la inglesa”


Bizcocho

100gr mantequilla
100gr azúcar
175gr chocolate
75gr harina
4 huevos

1.  Rallar el chocolate sobre un plato.
2.  Batir la mantequilla en un bol durante unos 10 minutos (me parece un poco exagerado…), añadir el azúcar y seguir batiendo otro rato (este quiere que te tires toda la tarde con la tartita – con un par de minutos más ¡va que se chuta!
3.  Añadir las yemas de los huevos, e incorporar a la mezcla anterior.
4.  Añadir el chocolate rallado y mezclar.
5.  Añadir la harina tamizada, remover durante unos 10 minutos (otra vez, ¡qué exageración! No me extraña que el autor no ponga el nombre…)
6.  Batir las claras a punto de nieve e incorporar con cuidado a la mezcla.
7.  Cocer en horno moderado (salado…yo lo metería a unos 180ºC) durante unos 35 minutos, o hasta que un cuchillo insertado en el centro salga limpio.

Cobertura



100gr chocolate
150gr azúcar (esto ya tiene mejor pinta)
6 cucharadas de agua

1.  Derretir el chocolate en un bol.
2.  En un cazo hervir el agua con el azúcar hasta alcanzar el punto de hebra (en teoría esto es cuando al levantar la cuchara cae un chorro continuo del jarabe, pero para mí es como “los usos del se” en clase de lengua: me parece que el chorro siempre es igual de continuo o discontinuo…
3.  Alcanzado este punto, verter sobre el chocolate fundido poco a poco y remover hasta conseguir la consistencia deseada (a medida que se va enfriando) para bañar el bizcocho.

Enjoy!