Esta tarta es el típico dulce británico-americano que por las cantidades de azúcar que necesita parecería que solo podría gustarle a un niño de estos que se come las tabletas de chocolate de una sentada, pero la han probado no golosos y también les ha gustado - misterios de la vida....
La tarta es de Nigella Lawson. El otoño pasado, cuando descubrí los vídeos de sus programas en youtube no paré hasta verlos todos. Me pasa lo mismo con Jamie Oliver: entre lo monas que son las cocinas, las vajillas, los "kitchen aid" de colorines que siempre tienen hasta en la casa de la playa (como si costasen 20 euros y los vendiesen en los chinos) y el acento british, sobre todo el de ella, puedo tragarme 3 programas seguidos tranquilamente. La otra razón de mi afición a Nigella es que tiene infinidad de trucos para hacer postres resultones en 15-20 minutos.
La receta, como muchas de las de éstos dos, aparece en su página web, así que no hace falta ni comprarse el libro! El vídeo de Nigella en acción lo podéis ver aquí.
Lo mejor de esta tarta es que los bizcochos se hacen en nada con el "food processor" que tanto le gusta a Nigella y que en mi caso es el accesorio que venía con la "minipimer".... lo mío es el glamour!. En lo que más se tarda es en esparcer el "frosting", pero como esa es la parte más entretenida, yo no tengo quejas.
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