Aunque el año nuevo empiece en enero, septiembre es el mes de los nuevos propósitos: apuntarte a clases de idiomas, al gimnasio, empezar a practicar algún deporte....En mi caso este propósito viene de antes, pero ahora me voy a obligar a cumplirlo (eso decimos todos): más salado y menos dulce. Para romper la tendencia de las tartas, galletas y demás, eché mano de mi amiga Marta y su famoso tartare. Cuando digo que eché mano me refiero a que llevo dos meses dándole el peñazo para que venga un día a casa y nos enseñe a hacerlo. Ella siempre está dispuesta, pero también hay que agenciarse comensales, así que el domingo propuse el miércoles y no aceptaba no´s como respuesta.
Llegado el día Marta me manda la lista de ingredientes y la receta (me la había mandado ya hace un mes, pero yo, para variar, la había perdido). ¿Tengo alguno? Hombre, alguno si, pero todos definitivamente no, así que como buena profesora se compromete a traer las salsas que tiene a medias en casa que hay que usar y quedamos por la tarde para ir a la carnicería a por el tan preciado solomillo de buey. Para que veáis lo profesional que es Marta (estudió cocina en la carrera), el día del pecado según nos acercamos a su coche, la vemos salir con el bolso lleno de salsa de tabasco, mostaza antigua y, lo que es mejor, ¡¡¡¡con la cartera cilíndrica donde llevan los cocineros sus cuchillos!!!, que obviamente tendrá un nombre "técnico" que desconozco. Yo, como comprenderéis, emocionada perdida, ¡¡me sentía como en top chef!!
Primer capítulo del tartar: comprar la carne y los ingredientes. Según bajábamos a la compra a las 6 o 6.30 de la tarde, Marta, la experta en la materia, no hacía más que meternos prisa a mi hermana y a mi: "que no sabéis lo que es esto, que en cortar a cuchillo toda la carne se tardan dos horas estando dos personas dale que te pego". Yo con la tranquilidad que me caracteriza (y lo mal que calculo los tiempos) estaba tan tranquila: "Marta no seas exagerada, 4 horas en total NI DE COÑA", a lo que mi hermana, conociéndome, señalaba: "Marta, yo estoy contigo, Ana se piensa que en media hora hace una tarta de dos pisos, con frosting incluído y deja recogida la cocina y no lo hace nunca".
Por fin llegamos a la carnicería y respiramos tranquilas al ver que efectivamente, hay lo que buscamos. Calculamos a ojo de buen cubero que para los que somos cogeremos medio kilo y se lo pedimos al hombre. Le decimos que es para hacer tartare para que nos dé un trozo bueno (o eso intentamos), a lo que él contesta: ah vale, ¿cuántas veces os lo paso? Yo creía que Marta se me moría en ese momento, le puso una cara...como si hubiese cometido el mayor sacrilegio de la historia de la humanidad!! no no, lo vamos a cortar a cuchillo.
No sé si encontramos al carnicero más aburrido de Madrid, o al más dispuesto, pero se ofreció a cortárnosla él. Marta no parecía muy convencida, por no se qué teoría de la oxidación de la carne en función del corte que le das, pero Elena y yo lo vimos claro: 4 horas cortando carne, o que te lo den hecho y como mucho tengas que repasarlo... va a ser que lo segundo. Además, digo yo que si la oxidación depende del tiempo que esté la carne expuesta al oxígeno, cuanto más tiempo tardes en contarla, ¿no se oxidará más? De todas formas yo no me acabo de creer lo de las cuatro horas, porque el carnicero tardaría unos 5 minutos en hacer trizas a medio kilo de carne. Después de ver semejante exhibición, hasta cogimos unas frutas de la pasión para hacer la pavlova de fruta de la pasión que hice en su día y que, al recordarlo, nos comimos entera entre mi padre y yo. (A él le dejé una sexta parte y yo comí el resto...)
Lo que sí que me creo es que dos personas puedan tardar 4 horas en picar todos los ingredientes que hacen falta para el dichoso tartare. Eso de cortar pepinillos en trozos minúsculos es una LOCURA. En serio, esto del tartar me gustó hacerlo porque tenía curiosidad y Marta nos lo explicó todo, pero es una historia muy seria y como va todo crudo y mezclado, ¡parece que no has hecho nada!
Al final hasta hicimos unas tejas de parmesano en el horno rayando queso parmesano sobre un siltpad que también me ha dejado Marta (he dicho ya que esta chica es profesional, ¿no?) y tostamos algo de pan. Entre el tartar y la pavlova de fruta de la pasión, yo creo que nos quedó una cena la mar de lucida y el tartar estaba buenísimo, así que una vez en la vida, por lo menos, hay que hacer un tartar - mejor en compañía, para repartirse el trabajo, pero hay que hacerlo. Para que veáis lo buena que es Marta, no solo nos enseñó y nos trajo todos los utensilios, sino que se trajo hasta la cámara de fotos porque no tenía la mía, así que hoy ¡ella es la protagonista de la novela!
P.S: si leéis la receta, va a ser fácil adivinar quien la ha escrito...
El "Steak Tartare" de Marta
1 Yema de huevo crudo
Una puntita de mostaza “Louit”, estilo antigua
Sal
Pimienta
2 gotitas de Tabasco
3- 4 gotitas de salsa Perrin´s
Chorrito de Brandy
Aceite de Oliva
Vinagre de Vino
120 gr Solomillo de Buey
12 gr de pepinillo picado en Brunoise
12 gr cebolla picada en Brunoise
12 gr de yema de huevo duro picada en Brunoise
12 gr de clara de huevo duro picada en Brunoise
10 gr de Alcaparras picadas en Brunoise
10 gr de Perejil picado
Realización
Antes de preparar el Steak Tartare, tenemos que picar minuciosamente y nosotros mismo con el cuchillo carnicero el Solomillo de Buey, muy, muy bien picado.
Se pone en un plato hondo encima de un bol con hielo pilé con la yema de huevo crudo y la batimos muy bien. Se añade una puntita de mostaza y se mezcla bien.
Añadimos la sal y pimienta al gusto del consumidor teniendo en cuenta la cantidad de carne que vamos a poner.
Añadimos las gotas de salsa Perrin´s, Tabasco y el Chorito de Brandy y removemos.
En la misma mezcla añadimos Un chorrito de Aceite de Oliva y un poco de Vinagre de Vino.
Cuando tengamos todos estos ingredientes mezclados de manera homogénea, añadimos la carne del solomillo. La mezcla siempre se debe de hacer con dos tenedores, ya que la carne la vamos a comer cruda y no conviene que la toquemos con las manos después de haberla cortado.
Cuando la salsa esté bien mezclada con la carne añadiremos el resto de ingredientes hasta tenerlo todo bien mezclado.
Una vez que tengamos todo preparado cogemos un molde y podemos la carne para servirlo. Se puede acompañar con Tostas con mantequilla o con lo que más nos guste.
No se puede dudar de lo voluntariosa que ha sido Marta, y ha clavado la receta del CSHG!!!
ResponderEliminarSeguid con el buen trabajo, ha sido una lectura amena y útil, aunque personalmente hago la misma receta y la sirvo en tostas de pan pequeñas (al final el plato empalaga) prefiero la carne que al menos haya caído en sartén por un mínimo de tiempo
Seguid con el buen trabajo.
José luis.
Un steak tartare riquísimo!!! besos
ResponderEliminarQue rico Ana! Me encanta leerte y ver tus fotos, son una pasada!
ResponderEliminarBesos